23.2.08

Memo febrero 2008

Protestas oportunistas: Tras varios meses de relativa calma, el segundo mes del año cierra con intensas jornadas de protestas alentadas por dirigencias radicales a las que se les ha visto, en estos días, el fustán oportunista de siempre.
Poca reivindicación social a la vista; mucho cálculo político-electoral durante la semana en la que se inauguró la primera de varias citas en el marco de la cumbre APEC que se lleva a cabo en el país.
Si duda, no se ha tratado de una mera coincidencia.
La combinación de paro agrario, huelga cusqueña y revuelta ayacuchana –con sus secuelas de carreteras bloqueadas, aeropuertos clausurados, decenas de heridos y muertos- proyecta la extraña imagen de un país muy diferente al de las buenas cifras macroeconómicas.
Sin embargo, por la ruta de la violencia como método para resolver conflictos y desigualdades sociales, los resultados –a no dudarlo- serán peores.
Es lo que, acaso, quiere el radicalismo sin faros ni mapas. O sea el río revuelto para ver si obtiene ganancia de pescadores.
Un buen sector del gobierno se ha terminado especializando en apagar incendios cuando la misión verdaderamente clave es evitar que ocurran.
Guerra sucia fujimorista: Al cabo de más de una veintena de audiencias judiciales, los testimonios de varios ex integrantes del destacamento Colina comienzan a ser una soga cada vez más apretada alrededor del cuello fujimorista.
Y otros testigos importantes han aportado versiones relevantes sobre hechos que siguen complicando la suerte final de Alberto Kenya.
La defensa, la familia y el propio acusado han empezado a desesperarse a viva voz.
En ese contexto, la pandilla naranja está echando guante a viejos recursos fujimontesinistas como sacar al fresco testigos que dicen ahora que se les ofreció gruesas sumas de dinero a cambio de echar a la hoguera al ex presidente reo.
Ya se está hablando de que Fujimori y Cía. han desatado una auténtica guerra sucia informativa para intentar empañar las pruebas comprometedoras que siguen creciendo como bola de nieve sobre su cabeza.
Cuba después de Fidel: El más longevo de los dictadores contemporáneos anunció su retiro de la Presidencia y de la jefatura máxima de las FF.AA.
Sin embargo, el tirano barbudo parece no haberse ido del poder. Mientras siga vivo como que no habrá, en realidad, una Cuba post Castro.
Tanto así que en los días siguientes a esta seudo jubilación, todo ha seguido en perfecta calma caribeña en la isla.
La gran pregunta es si habrá cambios fundamentales cuando Fidel ya no esté más en este mundo. Mientras tanto, todo sigue siendo todavía ilusión. Pura ilusión.

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