29.6.07

Una sayonara en el alma

No es el último samurai que es como pretende presentarlo ante incautos electores japoneses Shizuka Kamei, líder del Nuevo Partido del Pueblo (NPP) o Kokumin Shinto.
Tampoco es un estratega ni un estadista y, mucho menos, un político de honor.
Es simplemente Alberto Kenja, el peruano-japonés cuya biografía se resume en tres palabras: cobardía, mentira y traición.
Tiene asegurado Fujimori, sin lugar a dudas, un primerísimo lugar en la historia nacional de la infamia.
El diario que festeja sus habilidades como tránsfuga de nacionalidades resumió –casi con fuegos artificiales- la confirmación de su candidatura al Senado japonés, vía el salvavidas del NPP, con un vergonzoso “¡Sayonara!”
Curioso también el titular porque precisamente eso es lo único que tiene en el alma: Una sayonara.
Desde noviembre de 2005, que es cuando aterriza furtivamente en Chile, Fujimori se ha pintado, como nunca antes, de cuerpo entero. O sea como un incapaz esperpéntico sin la compañía de su socio en el poder Vladimiro Montesinos.
Porque sin su ex asesor y sin el aparato de coerción y chantaje que éste le construyó para gobernar, el extraditable es un muñeco despanzurrado con los resortes enredados en el cuello.
Aseguró que regresaba de todas maneras para enfrentar los procesos judiciales que tiene pendientes; afirmó que se sometería a los fallos de la justicia chilena sobre su extradición; juró que no intentaría huir a Japón otra vez.
Como siempre, mintió. Porque tras el informe de la fiscal Mónica Maldonado, Fujimori ya no está dispuesto ni a regresar ni a someterse a las autoridades judiciales sureñas pues para eso es su más reciente maniobra de fuga a través de su postulación como candidato parlamentario japonés.
Vale decir, la cobardía sudando por todos sus poros.
El plan no le ha caído tan inesperadamente pues sabemos ahora que antes de que el NPP le abriera esta puerta falsa, el sinvergüenza le pidió similar favor al Partido Democrático Japonés (PDJ) pero la respuesta fue negativa según ha referido su secretario general Yukio Hatoyama.
Y las explicaciones de algunos de sus seguidores tratando de justificar esta nueva traición de Fujimori son patéticas hasta la vergüenza ajena.
El colmo la desfachatez, sin embargo, viene por boca del propio Fujimori cuando promete que volverá para “caminar juntos por el camino del progreso”.
No hay nada que caminar junto a un traidor de la nacionalidad peruana. Su único camino aquí es el que lo conduce hasta la justicia.
Chile ha reaccionado con firmeza y serenidad a su artimaña escapista. No debe estar chino de risa.
También en http://igmayer.blogspot.com

23.6.07

Fujimori, profesional de la fuga

La posibilidad de ocupar un escaño como senador en la Dieta japonesa es el capítulo que le estaba faltando a la biografía de cobardía de Alberto Fujimori.
Aunque todavía no ha dado a conocer si acepta la invitación electoral del Kokumin Shinto (Nuevo Partido Popular, NPP), las versiones en el sentido de que finalmente será candidato vienen aumentando con el correr de las horas.
Por lo pronto, el peruano-japonés ya retrasó el anuncio de su decisión hasta la próxima semana, señal inequívoca de que está meditando en serio –y temblando- en esta puerta de escape luego del informe pro extradición de la fiscal chilena Mónica Maldonado.
Sin embargo, resta aún mucho sushi por cortar: primero, obtener los suficientes votos nipones para ser elegido (el NPP obtuvo en los comicios de 2005 apenas 1.7%); y, segundo, lograr jurídicamente que el proceso de extradición quede truncado por su eventual condición de parlamentario japonés.
Ni lo uno ni lo otro los tiene a estas alturas asegurados el extraditable.
Pero lo que de seguro sí logrará, en el caso de postular, es propinarle un nuevo y duro revés –acaso el definitivo- a su imagen y a sus seguidores, bancada parlamentaria incluida.
Porque será más que difícil y vergonzoso sostener la defensa de un Fujimori embarcado en esta maniobra, la tercera en su historial de profesional en el arte de la fuga: la primera fue la noche del 13 de noviembre de 1992 y la segunda en noviembre de 2000. Y todas huidas a Japón.
Tomar ahora la ruta hacia su madriguera ancestral –incluso si no llega a puerto- lo alejará por primera vez en serio del escenario de la política local. Y de pronto, para siempre.
Sin su caudillaje en carne y hueso, en vivo y en directo, el fujimorismo correrá la misma suerte que otras tantas corrientes políticas instaladas alrededor de tiranuelos republicanos: leguiísmo, sanchezcerrismo, odriísmo y un largo etcétera.
Mientras tanto, la idea de que Alberto Kenja se convierta en senador japonés comienza a provocar grietas en las filas de sus defensores más connotados, indicio claro de que la aventura parlamentaria puede fracturar irreversiblemente su movimiento.
En ese sentido, han sido más que elocuentes las desavenencias entre la exaltación de luchador de sumo de Carlos Raffo, el enojo sin medias tintas de Martha Chávez y la lacónica recomendación de Santiago Fujimori a su hermano para que no acepte la invitación de Shizuka Kamei, líder del NPP, quien fue acusado en las elecciones de 2004 de destinar fondos para la compra de votos. Nada menos.

8.6.07


Chino con nube gris

Todavía no le ha caído encima la noche pero en las últimas horas una auténtica nube gris nubla el camino de impunidad por el que ha querido escabullirse Alberto Fujimori desde que fugó a Japón en noviembre de 2000.
Al contundente informe pro extradición de la fiscal chilena Mónica Maldonado se suma ahora el arresto domiciliario dispuesto por el juez Urbano Marín, medida que reduce sensiblemente las posibilidades de fuga del peruano-japonés.
Queda el extraditable más anclado que antes y, también, cada vez más cerca de un retorno como preso de la justicia peruana con destino, acaso sin escalas, a una celda.
Es impensable que un escenario tan complicado para su futuro político, haya sido calculado por el autoritario matemático en noviembre de 2005 que es cuando partió, entre gallos y medianoche, de Tokio rumbo a Chile.
Le van a sobrar horas ahora para medir cuánto metió la pata entonces. Y también, tiempo de sobra tendrá para entretenerse con la teoría de las probabilidades y caer en la cuenta que su soñado regreso en olor de multitud a la arena política local es un número cada vez más imaginario.
La estudiada opinión de la fiscal Maldonado coloca una vara jurídica tan sólida como alta para la decisiva opinión que sobre su extradición deberá emitir en los próximos días el juez Orlando Álvarez.
Lo mismo vale para los jueces supremos chilenos que, en su momento, resolverán en última instancia su suerte.
Aunque el informe Maldonado no es vinculante, ¿cuánto pueden los magistrados alejarse realmente de tales apreciaciones y conclusiones? Quizás algo, pero no demasiado.
La idea de un Fujimori de vuelta al barrio en esas condiciones no debe quitarle el sueño a nadie, salvo a sus seguidores impenitentes.
Habrá alguna alharaca majadera, pero no se sostendrá en el tiempo. Sin partido, sin aparato estatal y con su caudillo en la sombra, el fujimorismo languidecerá como tantas otras aglomeraciones emocionales alrededor de tiranuelos republicanos.
Si el gobierno –como hasta ahora- se maneja bien frente al caso, puede sumar puntos en la lucha anticorrupción.
Porque será aleccionador para el país y para su historia, que un ex mandón sea juzgado, con todas las garantías y el debido proceso, por la larga serie de delitos graves que se le imputan.
Cuando Alberto Kenya comience a decir en el banquillo que él no fue sino que todo lo hizo a sus espaldas Montesinos, éste de seguro comenzará a contar y mostrar mucho de lo que ha callado y ocultado hasta ahora.
¿Seguirán practicando el Chino y sus escuderos el baile del avioncito?

1.6.07


Hugo Chávez, El Mínimo

Si el tirano venezolano imaginó que su zarpazo despótico contra Radio Caracas de Televisión (RCTV) no provocaría consecuencias mayores, se equivocó de banano a banano.
Durante casi una semana, ininterrumpidamente, Venezuela es escenario de intensas jornadas de protestas contra el cierre decretado contra un canal de televisión que se atrevió a disentir de los dictados informativos que viene imponiendo la jauría simia trepada en las ramas del poder.
Para celebrar la monada totalitaria, el macaco mayor ha hecho aullar y brincar a sus secuaces bolivarianos en un acto público de respaldo al garrotazo. Y ellos, como monos de organilleros, felices.
Hasta ahora, las movilizaciones contra el régimen primate de Hugo Chávez asoman con fuerza relativa para prolongarse y extenderse, convocando incluso a sectores proclives al chavismo.
Mientras tanto, la condena internacional –de la que Chávez venía librándose pese a todas sus trapacerías antidemocráticas- se multiplica como reacción en cadena.
Desde el Senado de los EE.UU. hasta el Parlamento Europeo, además del amplio abanico mundial de organismos pro derechos humanos y libertad de prensa, los cuestionamientos han sido rotundos y sin medias tintas.
Es hora, por cierto, de que la OEA deje las tibiezas y se ponga los pantalones. Lo mismo vale para el Congreso y gobierno peruanos.
Ya el presidente Lula y su gobierno, amigos del régimen de Caracas, han levantado la voz – a través de un comunicado oficial y la llamada al embajador venezolano en Brasilia- tras los ataques lanzados por el King Kong del Orinoco contra el Congreso brasileño que también se atrevió a criticar la medida contra RCTV.
Por primera vez, el déspota llanero comienza a enfrentar la posibilidad de un aislamiento externo, y acaso también interno, en serio.
La argucia chavista para disfrazar un atentado a la libertad de prensa y de expresión como un asunto meramente legal –la no renovación de la concesión a RCTV- es otra monería ramplona.
Basta leer el “Libro Blanco de RCTV” –escrito por el séquito aullador bolivariano- para darse cuenta de que los motivos son todos políticos. Intolerancia de la caverna. Fascismo travestido de revolución.
El monazo de la boina ya amenazó con aplicarle “el mínimo” –que en jerga venezolana equivale a bajarle moño y la viada- al canal Globovisión, único sobreviviente opositor televisivo, al que acusa ahora, además de incitar al magnicidio.Tal, pues, el mandamás de la petrodictadura: breve, corto, infinitesimal, fraccional, pequeño, nimio. Digno de un tirano pasar a la historia como El Mínimo.