25.7.08

La dimensión desconocida
(memo julio 2008)

Cerrando el segundo año y empezando el tercero de gestión, el gobierno está conociendo las paradojas de la “dimensión desconocida” que habita desde hace rato al país. O sea crecen el PBI, el consumo, el gasto, la inversión, la recaudación y las exportaciones, pero el respaldo ciudadano sigue encogiéndose.
Lo acaba de decir la última encuesta nacional de Ipsos-Apoyo: sólo 26% apoya el desempeño presidencial.
En Lima, la plaza más fuerte del oficialismo durante 24 meses, otras dos mediciones han registrado retrocesos como para levantar más de una ceja.
Sin duda, el alza de precios –debida también ahora a componentes internos y ya no sólo externos como está advirtiendo el BCR- ha golpeado duro en la coyuntura.
Un reciente sondeo del GOP de la Universidad de Lima (II Evaluación Anual de la Gestión Presidencial, 19-20 de julio), detecta que 61% considera que lo peor en el manejo de la actual administración ha sido la inflación de esta temporada.
Lo mejor: TLC con EE.UU. (21.6%), Agua para Todos (20.6%), Cumbre ALC-UE (8.6%) y el crecimiento económico con un discreto 8%.
Un 50.4% le otorga nota desaprobatoria –entre 00 y 10-, mientras que 49.6% lo aprueba en el rango que va de 11 a 20.
El grueso se ubica, sin embargo, en esa zona gris que va de 09 a 12. Y es que 64.4% estima que en este primer tramo gubernamental la más beneficiada ha sido la clase alta; al mismo tiempo, 28% considera que el más grave problema es el desempleo, seguido de la corrupción (18.7%) y la pobreza (18%).
Como se ha visto en semanas pasadas, hay impaciencias y ansiedades sociales dispuestas a moverse cada vez más en pos de una mejor y más justa redistribución de la bonanza económica de estos tiempos.
La suerte de momento es que las insatisfacciones populares siguen fragmentadas y dispersas políticamente, sin un liderazgo firme que las agrupe y organice en una escala mayor de actuación.
Se trata del viejo tema de la crisis de representación y de intermediación política que le abrió cancha en su momento al cuatrerismo fujimorista y, posteriormente, al trasnochado radicalismo nacionalista.
Todo un hueco –casi como un astronómico agujero negro- en la escena política de aquí al 2011.
Pero en lo inmediato, el gobierno puede comenzar a tomar decisiones claves para aumentar los puestos de trabajo, estabilizar precios, introducir mejoras en la gestión de gobierno y elevar sueldos.
Es lo que la mayoría –según la medición del GOP- espera del mensaje presidencial de pasado mañana.

19.7.08

En julio tampoco hay milagros

Las secuelas políticas del Moqueguazo y del paro del pasado 9 de julio, de un lado, y los asomos de un rebrote inflacionario, de otro, le pueden estar complicando el escenario al oficialismo cuando está por cumplir dos años de gestión gubernamental.
La mezcla de insatisfacción e impaciencia sociales acumuladas –especialmente en los sectores de menores ingresos- con precios de productos básicos en aumento, es una variable a incluir en el radar del gobierno de cara al tercer año de mandato que se estrenará el próximo 28 de julio.
No es que el paro haya sido un éxito rotundo o un fracaso completo. Ni lo uno ni lo otro. Las mediciones de la protesta dan cuerda por igual para una y otra parte.
Los sondeos han registrado más o menos lo mismo. El IOP de la Universidad Católica señala que 51% en Lima ha simpatizado con la jornada auspiciada por la CGTP; en cambio, el GOP de la Universidad de Lima detecta que 42% ha estado de acuerdo y 56.5% en contra.
Pero más allá de estadísticas, lo cierto es que el gobierno cometió yerros impensables –como en el Moqueguazo- que le han impedido cosechar réditos políticos frente al discurso opositor radical.
La cumbre en esta escala de metidas de pata ha sido, sin duda, el ya famoso vladispot antiparo. Y más, ensayar una defensa necia del desaguisado.
La idea, además de su redonda bobería, fue contraproducente por los cuatro costados: dejó políticamente solo al gobierno ante la agitadores del bla bla bla cegetepista.
Tan solo que, según sumas y restas de votos, está viendo peligrar su permanencia en la presidencia del Congreso, sobre todo tras la presentación del premier y del ministro del Interior.
Al mismo tiempo y en paralelo, nuevas señales inflacionarias también estarían mellando los niveles de aprobación presidencial: entre 6% y 7% de caída según IOP y GOP de junio a julio.
Sin embargo, la novedad preocupante ahora es que el aumento de precios tendría un componente interno y no sólo importado. Es decir, una demanda interna en expansión sin freno ni pausa.
El BCR, a través de su presidente Julio Velarde, piensa que no es sostenible crecer a tasas de 10% indefinidamente y sugiere la necesidad de desacelerar el gasto privado.
Por su parte, el FMI advierte que el alza de precios de los alimentos en los mercados internacionales se mantendrá a mediano o largo plazo.
Menos errores políticos y mucho pulso firme pero fino en el manejo de la política es lo que requiere el tercer año de gobierno.

7.7.08

Descarados cara a cara

Finalmente, Vladimiro Montesinos estuvo cara a cara con su ex socio a tiempo completo en el festín de corruptelas y prepotencias de todo calibre que habitó la década pasada.
Después de casi ocho años volvían a estar juntos.
Durante los días previos al reencuentro del par de “angelitos”, mucho se especuló sobre la conducta que asumiría el ex asesor frente a Alberto Fujimori en el proceso por violaciones a los derechos humanos.
Como se ha visto, habló hasta donde quiso y luego cerró la bocota para no tener que vérselas con preguntas sobre anteriores declaraciones suyas en las que ya había comprometido seriamente al ex dictador.
Fue lenguaraz patético e hizo gala de una matonería verbal, con dosis de cazurrería, para intentar exculpar al acusado que tenía al frente.
En realidad, estaba cantado que su testimonio iba a ir por el lado de limpiar a su ex jefe pues es la fórmula vana para tratar de salvar su propio cuello en otro juicio que viene encarando por imputaciones tan similares como graves.
Mientras soltaba lengua ampulosa y soberbia, repleta de galimatías y enredos verbales dignos de mejor castellano y de mejor causa, Alberto Kenya se deshacía en risas y lo escuchaba y miraba como la serpiente encantada que fue a su lado durante diez años.
Miraditas cómplices, gestos y ademanes compartidos que de seguro evocaban los años en los que, desde el poder, hacían y deshacían.
O sea la compinchería sigue intacta, monda y lironda, y conchudísima. Tal para cual, sin duda.
La sala que preside el magistrado César San Martín ya le bajó el moño a la maniobra montesinista que tantos festejos desató en la cazuela fujimorista.
El testimonio de Montesinos ha sido declarado nulo pues los vocales han concluido que no procedió de buena fe.
César Nakasaki anda ahora desesperado buscando una nueva declaración del Doc.
Si se da tendrá que ser para que responda todas las preguntas que fiscales y parte civil decidan formularle.
Caso contrario que siga callado y a otro chino con el cuento. Porque como bien ha recordado el programa La Ventana Indiscreta (LVI) que dirige y conduce Cecilia Valenzuela en Canal 2, Montesinos habló claro y fuerte sobre la responsabilidad de Fujimori en los casos Barrios Altos y La Cantuta en el avión que lo traía de Caracas a Lima tras su captura en junio de 2001.
Mucho más es lo que ha dicho Montesinos sobre su relación con el mandón de los 90 en distintos juicios y comisiones investigadoras en años pasados. Y todo está bien grabadito.