20.9.08

Semana negra

  • Quebró Lehman Brothers, segundo mayor banco de inversión; Bank of America compró Merrill Lynch para salvarlo de similar suerte; la mayor aseguradora del mundo, American International Group (AIG), fue prácticamente nacionalizada por el gobierno estadounidense (U$ 85,000 millones); los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac, intervenidos; y la administración Bush ha anunciado una operación de salvataje por “cientos miles de millones de dólares” para conjurar la crisis financiera.
  • Desde la Gran Depresión de 1929 –casi 80 años después-, el sistema capitalista enfrenta su hora más negra. El crac de estos días tiene magnitudes escalofriantes, según distintos analistas.
  • Por ejemplo, cuando la llamada crisis de los Savings & Loans (S&L), cerca de 1000 instituciones colapsaron con pasivos por U$ 850,000 millones, suma que representaba 6% del PBI norteamericano.
  • Ahora, los pasivos asumidos por Washington DC en los últimos meses –Fannie y Freddie, AIG, Bear Stearns y 11 bancos más- totalizan una cifra casi equivalente al 50% del PBI. Ocho veces la crisis de S&L lo cual puede implicar graves problemas fiscales en el futuro.
  • Henry Paulson, secretario del Tesoro, ha anticipado las bases del plan de rescate financiero –no menor a medio billón de dólares- dirigido a sanear las carteras ilíquidas de los bancos y que deberá de ser aprobado por el Congreso pues supondrá desembolsar fondos públicos o sea dólares de los contribuyentes.
  • “El riesgo de no actuar sería mucho mayor. Más presión sobre nuestros mercados financieros causaría pérdidas de empleos masivas, devastaría las cuentas de ahorro de las pensiones...Son riesgos que los americanos no pueden permitirse”, ha sentenciado el presidente George Bush.
  • Pero también ha dicho –para regocijo de un próximo documental de Michael Moore- que “...habrá muchas oportunidades de debatir el origen de este problema, pero ahora es momento de solucionarlo”.
  • El plan de rescate financiero adelantado por Bush y Paulson ha surtido efecto en los principales mercados. Las más importantes bolsas registraron alzas pero, como advierten analistas, se trata hasta ahora de un mero rebote técnico pues la tendencia sigue siendo bajista. “La economía todavía está hecha un desastre, pero el riesgo sistémico retrocede”, señalan también.
  • O sea la volatilidad tiene para un buen rato todavía. Y está por verse qué pasará con economías emergentes como la peruana si el primer mundo desacelera su crecimiento después de esta crisis.
  • Por lo pronto, AFP locales calculan que recuperarán las pérdidas de estos días en uno o dos años. El desplome tiene muchas facturas pendientes. ¿Quiénes las van a pagar? ¿Los más pobres como siempre?

13.9.08

Tonto y matón se deschavan

¿Ha empezado una Guerra Fría en el barrio de las Américas?
Es probable después de la inédita expulsión simultánea de embajadores de Washington DC. Caracas y La Paz.
Sin duda, la tensa relación entre el bloque bolivariano que jefatura el rocambolesco Hugo Chávez y EE.UU, ha escalado súbitamente hasta alturas de las que es incierto aún saber qué va a desprenderse en los días siguientes.
El presidente boliviano Evo Morales ha expulsado al embajador norteamericano Philip Goldberg en medio de una grave revuelta separatista opositora que lo ha colocado contra las cuerdas.
El gobierno de La Paz, atrapado en el torbellino violento de esta crisis, ha acusado al diplomático de estar detrás de una conspiración para derrocarlo.
Por su parte, el matón del Orinoco ha procedido de manera similar con Patrick Duddy, representante de la administración Bush en la capital venezolana, aullando además –insultos a granel de por medio- de que la medida es una expresión de solidaridad con el régimen paceño.
Durante el trance gorila, ha llegado a amenazar con intervenir militarmente en el altiplano si la permanencia en el poder de su par boliviano llegase a peligrar.
Y toda la bravuconada ha estado precedida, apenas horas antes, de una extraña denuncia –revelada por el mismo mandamás llanero- sobre un plan militar golpista para asesinarlo y poner fin a su mandato.
Mientras tanto, nuevas revelaciones en EE.UU. sobre el llamado “caso del maletín –U$ 800,000 incautados a funcionarios venezolanos que estaban destinados a la campaña electoral de la actual presidenta argentina- pueden comprometer directamente a Chávez con la oscura maniobra, pero de momento han quedado relegadas informativamente debido a la múltiple crisis diplomática desatada.
Por su parte, el gobierno norteamericano ha respondido con la misma moneda: expulsó al mismo tiempo a los embajadores de Caracas y La Paz.
Pero ha seguido ajustando tuercas: ha denunciado al director general de la inteligencia militar, al jefe de la policía secreta (Disip) y aun ex ministro del Interior venezolanos de ser cómplices de las Farc en operaciones de narcotráfico.
La boina autoritaria ha replicado con la amenaza de cortar el suministro de petróleo al gigante del norte.
Diversos analistas económicos ya han señalado que el más perjudicado, de concretarse tal temeridad, sería Venezuela.
La desesperación e impericia política de un boliviano y la tan insufrible como esperpéntica prepotencia de un venezolano, están remeciendo el escenario regional con consecuencias geopolíticas todavía imprevisibles de seguir ambos en este curso de colisión.
Un tonto y un matón se han deschavado.

6.9.08

Agujero negro

La última encuesta pre primavera del Grupo de Opinión Pública (GOP) de la Universidad de Lima confirma el descrédito invernal en el que está sumergida la clase política.
Uno tras otro, los sondeos vienen registrando un pulso ciudadano cada más aprensivo, impaciente y desapegado con relación a sus gobernantes y representantes.
Con la excepción –hasta ahora- del alcalde limeño Luis Castañeda, casi nadie se salva de ese extendido humor de rechazo y desconfianza creciente hacia todo lo que huela, asome o sepa a la política de estos días.
No es, en realidad, un capítulo inédito o nuevo en la historia de los ánimos colectivos nacionales.
Bastante de este talante anti política tradicional –hoy definido en muchos casos como antisistema-, marcó la suerte de las elecciones de 1990 que le abrieron la puerta de par en par a toda una década de corrupción fujimorista.
Entonces, el hartazgo venía avivado por esa mezcla explosiva que compusieron terrorismo demencial y descalabro económico.
Lo curioso pero no menos preocupante en esta época es que ese par de caballos apocalípticos están esfumados hace rato de la preocupación pública.
Por el contrario, desde hace más de un lustro el país está conociendo sorprendentes resultados económicos –como hace décadas no se registraban-, pero las frustraciones comienzan a inflarse otra vez como peligrosa levadura.
Y es que las mayorías pobres ven bonanza aquí y allá, todos los días, pero sienten que les toca poco o casi nada.
Sin duda, existen recursos abundantes en todos los niveles de gobierno –nacional, regional o local-, pero la estructura actual del Estado conspira diariamente para redistribuirlos eficiente y oportunamente.
Por cierto, muchos de los funcionarios a cargo de su administración no pasan del ábaco, especialmente en regiones y municipios.
Buena parte de todo esto, puede estar explicando la persistente tendencia declinante en la aprobación presidencial que descubre la última medición del GOP: 24.6% vs. 71.6% de desaprobación en Lima.
En julio las cifras fueron 39.4% vs 54.1%. O sea una caída en la aprobación de casi 15 puntos.
Es cierto que las presiones inflacionarias del momento están erosionando el respaldo ciudadano, pero no alcanzan para entender el agujero negro que se está abriendo, otra vez, entre representados y representantes.
Ahí está el apoyo al Congreso en apenas 13.8%; y, también la opinión de que la administración de justicia en el último año sigue igual o ha empeorado con 87.8%; o que Keiko Fujimori, con 17.7%, esté segunda en la tabla de simpatías políticas. Y más.
Por esta ruta, el país puede en 2011 volver a dar un desesperado salto al vacío. Al hoyo.