28.6.08

Memo junio 2008

Moqueguazo: Ha sido, política y socialmente, el acontecimiento del mes y quizás del año, salvo réplica similar o mayor en las próximas semanas o meses.
En los hechos, población y dirigencias moqueguanas obtuvieron resultados concretos para sus demandas a través de una movilización que apeló a fórmulas cuestionables y hasta punibles.
Ha quedado claro que no existen mecanismos lo suficientemente bien aceitados para prevenir este tipo de conflictos sociales y que se carece de estrategias para contenerlos o desactivarlos eficazmente.
La crisis fue finalmente conjurada gracias al nervio negociador que habita la PCM desde hace buen rato, pero la autoridad del Estado y del gobierno resultó mellada.
Sondeos: Dos mediciones en el ámbito nacional –PUCP e Ipsos-Apoyo- coinciden este mes en que la aprobación presidencial navega por el 31%-30%, respectivamente.
En la serie de la segunda encuestadora, hay una caída de cinco puntos respecto del mes previo, es decir, la trepada de 26% a 35% (abril-mayo) pudo deberse básicamente al efecto cumbre ALC-UE. Un hipo más que tendencia, entonces.
Continua preocupando, siguiendo el registro de Apoyo, que el respaldo global en el interior del país esté en 20%, con depresiones estadísticas graves como en el sur (7%) y el oriente (11%).
Sin pena ni gloria: Así acabó lamentablemente la legislatura 2007-2008. Opacada por maniobras tan saboteadoras como bochornosas, el nacionalismo y sus aliados de ocasión (UPP), impidieron que se dé paso a una serie de reformas constitucionales que el país viene reclamando desde hace buen tiempo.
Otra vez el Congreso queda mal parado: 82% tiene poca o ninguna confianza (PUCP) en la institución parlamentaria. Por obra y gracia de un puñado de padres de la patria, claro está.
Lengua fujimorista: La dolencia bucal que aqueja al acusado Fujimori ha retrasado estos días el juicio en su contra.
Sin embargo, se calcula que hacia octubre podría haber sentencia por los casos de violaciones a los derechos humanos que se le imputan.
Esta semana debe tener al frente a su ex socio Montesinos. Lo más probable es que éste, o no hable o trate de exculparlo pues el ex asesor del SIN viene encarando en estos momentos un proceso por delitos similares en los casos La Cantuta y Barrios Altos. No se va amarrar el ancla al cuello. Menos a la lengua.
Al fondo hay sitio: En corto por que no da para más. Las miserias futboleras de siempre. La selección ex mundialista ha recibido 17 goles en cuatro partidos y convirtió sólo dos. Eliminados gracias a Burga y compañía, Chemo y jugadores incluidos. ¡Fuera todos!

21.6.08

Después del “Moqueguazo”

Una enorme movilización popular que ha durado ocho días, vías bloqueadas, decenas de policías secuestrados por los pobladores, varios heridos y pérdidas materiales que suman casi S/. 100 millones.
O sea todo un “Moqueguazo”, acaso la más seria y grave rebelión regional en lo que va de la actual administración de gobierno.
Felizmente, no hubo esta vez muertes que lamentar como en el “arequipazo” de 2002.
Sin embargo, la protesta moqueguana de estos días puede convertirse en el peligroso espejo en el que otras regiones empiecen a mirarse a partir de ahora para que muchos de sus reclamos sean efectivamente atendidos.
Porque las causas o motivos de lo ocurrido recientemente en Moquegua no son la excepción.
La Defensoría del Pueblo calcula, a la fecha, que hay más de 100 conflictos sociales latentes, de los cuales poco más del 50% está activo
La mecha más corta, en este sentido, puede estar en Ancash en donde, desde hace buen rato, el tema de los remanentes mineros viene caldeando y soliviantando ánimos, especialmente de la mano de las principales autoridades y dirigencias departamentales.
Puede estar casi cantado dónde estará el próximo epicentro de convulsión social. Y, sin duda, pueden haber muchos más en camino.
Sin ir muy lejos, los tacneños –a través de su presidente Hugo Ordóñez- ya han comenzado a expresar su malestar por los acuerdos alcanzados para resolver la crisis moqueguana, pues sienten que los perjudicarán.
Sería lamentable que la solución en un lado termine rebotando como conflicto en el otro, a la vuelta de las horas o los días.
Es cierto que el gobierno ha conjurado a través de una mesa de negociación la delicada situación suscitada.
Ha mediado de emergencia entre lo público y lo privado.
Y Moquegua ha obtenido resultados para sus demandas: no sólo contabilidad separada –respecto de Tacna- del canon y regalías mineras a partir de 2009 (pero S/.105 millones este 2008), sino también proyectos de inversión por más de S/. 80 millones; proyectos de alto impacto social en las zonas más pobres y mejoras importantes en los aportes voluntarios al Fondo Minero de Solidaridad para los distritos más expuestos a la actividad minera.
Nada mal visto desde los intereses de la región, pero de ninguna manera la fórmula levantisca puede convertirse de ahora en adelante en el mecanismo natural para resolver conflictos.
¿Era previsible lo de Moquegua? Bastante pues hubo varios asomos claros en meses pasados.
Como de seguro los hay en otras zonas del país. El gobierno tiene que adelantarse y tomar la iniciativa antes de un próximo estallido social.

14.6.08

Reformas saboteadas

Una vez más, lamentablemente, la imagen del Congreso termina empañada, al cabo de la legislatura 2007-2008, por la actitud necia y chantajista de un grupo de legisladores de las filas del nacionalismo y upepismo.
En realidad, más de lo mismo como en tantas otras ocasiones.
Batahola sin ton ni son, chilla destemplada, carteles entre demagógicos e impertinentes, forcejeos y empujones repletos de patetismo y un largo etcétera circense que el país no merece.
Los seguidores nacionalistas de Ollanta Humala y sus ex socios electoreros de UPP –que, a estas alturas, no se sabe qué ni a quién siguen-, han saboteado con todo desparpajo el inicio del debate sobre una serie de reformas constitucionales, que se supone fueron previamente acordadas, entre todas las bancadas, en la Junta de Portavoces.
Al parecer, la orden para la maniobra en el pleno de esta semana, provino a última hora de los círculos más encumbrados del nacionalismo.
O sea boicotear a como de lugar enmiendas importantes en la Constitución de 1993.
De contrabando, el PNP y la UPP intentaron incluir también cambios constitucionales en el capítulo económico, caso contrario nada de lo anteriormente consensuado pasaba en el hemiciclo.
Y en el colmo del facilismo provocador, han exigido la puesta en vigencia de la Carta Magna de 1979.
Es decir, obstruccionismo mondo y lirondo, y nada de oposición en serio.
Es cierto que la ley de leyes del 93 es hija del golpismo abrilista y que fue promulgada durante el régimen vergonzoso y corrupto que encabezó Alberto Fujimori.
Desgraciadamente esa no es razón suficiente para retornar al texto de 1979, concebido 30 años atrás cuando el país y el mundo eran otros muy distintos.
Y anteponer nostalgias históricas a los intereses del país tampoco es dable. En un momento como el actual, no hay tiempo ni sitio para saltos hacia atrás de tal temeridad.
Lo sensato era y es, precisamente, emprender las reformas que modernizaran y democratizaran –por lo menos en lo inmediato- la actual Constitución.
Una nueva, como han venido reclamando muchos, sólo podría nacer de la elección de otro Parlamento investido de poderes constituyentes.
Porque dada la actual dispersión y fragmentación de fuerzas legislativas, resulta ingenuo hasta la médula imaginar que del actual seno parlamentario surgirán consensos mínimos para sacar adelante un nuevo cuerpo constitucional.
Además del espectáculo bochornoso de los días pasados, nacionalistas y upepistas le han dado la espalda al país, evitando elevar el nivel de seguridad jurídica.
Un sabotaje politiquero testarudo que los pinta de cuerpo entero. Otra vez.

9.6.08

Subiendo como el precio del petróleo

El más reciente sondeo del Grupo de Opinión Pública de la Universidad de Lima (595 encuestados, 31 mayo-1 de junio, Lima y Callao) está confirmando la recuperación en la aprobación presidencial, detectada también por mediciones previas, incluso a nivel nacional.
En la serie estadística del GOP-Lima, el respaldo a la gestión de Alan García sube de 38.8% (mayo) a 45% (junio).
Poco más de 6% de repunte con notas por niveles socio-económicos que van desde 73.3% en el sector A hasta 36.4% y 34.5% en el D y E, respectivamente.
Hasta Luis Carranza, al frente del MEF, acaso la cartera más sensible entre las economías populares, gana casi siete puntos: de 29% a casi 36%.
En términos más generales, o más despersonalizados si se quiere, la labor del gobierno cosecha ahora una adhesión de 44% frente a 38.5% del mes anterior.
No es poco después de constantes rodadas cuesta abajo en los últimos tiempos. Pero es temprano todavía para afirmar si los porcentajes positivos de mayo-junio marcan una tendencia firme en el futuro más inmediato.
El efecto cumbre ALC-UE parece que no es suficiente para explicar el terreno ganado en la opinión pública.
Pueden haber más motivos incidiendo en la subida.
Casi al cabo de dos años, la administración comienza a estar en capacidad de mostrar obras concretas mientras anuncia otras merced a la magnífica disponibilidad de recursos.
De otra parte, hay un esfuerzo por mejorar resultados en materia de inversión y programas sociales.
Y, adicional y principalmente, el crecimiento económico sigue avanzando como una locomotora, algunos de cuyos efectos positivos ya pueden estarse dejando sentir entre los hogares de menores ingresos.
Aunque polémicas, ahí están las cifras oficiales de reducción de la pobreza en 2007 respecto del año previo.
Cuán sostenible es este escenario de cuasi tierra prometida a la vista es la pregunta del momento.
Sin duda, un entorno interno favorable está marcando las buenas cotas de aprobación del gobierno, pero las restricciones pueden provenir de afuera.
Básicamente, por la crisis alimentaria mundial y por el imparable ascenso del precio del petróleo. Morgan Stanley ya está calculando que para julio el barril podría llegar a U$ 150.
Tal volatilidad –cada vez más lejos de ser fugaz- en mercados globales tan importantes, va a tener impactos cada vez más severos en la economía local.
Una primera alza en los combustibles, con su efecto multiplicador en otros precios, ya ha ocurrido.
La aprobación presidencial está subiendo como el precio del petróleo pero, por eso mismo, también puede empezar a bajar. Globalización le dicen.