Octubre sin milagros
Extraña denuncia: De vuelta por el barrio, Alejandro Toledo se da de bruces con una tan grave como extraña denuncia por violación. La víctima no formalizó acusación en el momento y se niega a hablar del asunto hasta ahora, las investigaciones policiales han arrastrado los pies durante casi 15 días, tanto que alrededor de los hechos y de los protagonistas hay más sombras que luces.
Una escenografía que, de momento y como se ve, ha dado para todo. Incluso para que Toledo se recoloque en el escenario de la política inmediata con un énfasis no expresado desde que dejó el poder.
Su respuesta le ha levantado el dedo y la voz a una supuesta guerra sucia en su contra que –ha dicho- lo ha convencido finalmente de permanecer en el activismo político. Oportuna frase para la galería porque Toledo tiene la mirada puesta en el 2011 desde que salió de Palacio. Ni Humala le dio tan buen pie para su lanzamiento.
Censura flotando: La oposición ha vuelto a dar muestras claras de las firmes precariedades que la atraviesan.
Varios días después de la interpelación a Luis Alva Castro, los votos pro censura así como vienen también se van. Con la muñeca de siempre, el partido oficialista viene neutralizando las movidas opositoras en pos de la cabeza del titular del Interior.
Por el momento, el oficialismo viene ganando en el pulseo. Pero nada está dicho todavía. Un mal paso y la censura puede dejar de flotar para caer como un rayo en las filas del gobierno.
Juicios en camino: Lo previsible tras el aterrizaje del ahora preso Alberto Fujimori: su puñado de seguidores y escuderos comienza a replegarse en el frente político –o al menos a apaciguarse- para ubicarse mejor en el frente judicial que es donde se definirá su suerte final.
Un adelanto acaso de los que veremos más en las semanas siguientes: más abogados pro impunidad y menos políticos con quimono alegando por la inocencia del socio full time de Montesinos.
Purga para Burga: Entre lo inverosímil y la desfachatez, Manuel Burga se ha reelegido presidente de la FPF. Todas las argollas de las dirigencias del fútbol asomando con su máximo esplendor de potrero.
Las sucesivas gestiones de Burga son sinónimo de redondos y rotundos fracasos. Basta ver el nivel de espanto del actual campeonato profesional para tener una medida del descalabro que campea en cada partido.
Tanto el IPD como el ministro de Educación alertaron sobre esta perpetuación insolente en el cargo. Hora de una purga.
1 comentario:
si pues, ke tales ocurrencias para opacar la procesion del señor de los milagros, que todos ellos reciban un buen turronzaso.
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