21.9.07

¡Fujimori extraditado!

Finalmente, la Segunda Sala Penal de la Corte Suprema de Chile dio a conocer su decisión de extraditar al expresidente Alberto Fujimori por siete de los 13 cuadernos de extradición tramitados por el Estado peruano.
Los magistrados chilenos, en un histórico fallo, decidieron que el ex socio de Vladimiro Montesinos comparezca ante la justicia peruana por los casos Barrios Altos y La Cantuta (por unanimidad) y por cinco imputaciones relativas a hechos de corrupción como el pago de los US$ 15 millones al ex asesor, allanamiento de la casa de éste, interceptación telefónica y congresistas tránsfugas, entre otros.
Esta decisión de la justicia chilena -última instancia inapelable en este proceso- entierra la impresentable sentencia previa del juez Orlando Álvarez quien desetimó todas y cada una de las solicitudes.
En ese sentido, los supremos han estado más cerca del informe de la fiscal Mónica Maldonado quien también halló suficientes argumentos e indicios para que su extradición procediese.
En otras palabras, lo de hoy en Chile marca una primera victoria en la lucha contra la impunidad respecto de una década en la que la corrupción a gran escala y la violación de los Derechos Humanos campearon a sus anchas con desfachatez y prepotencia.
Sin duda, los casos La Cantuta y Barrios Altos son los de mayor relevancia pues además de imprescriptibles conllevan la posibilidad de las mayores penas.
Alberto Fujimori tendrá ahora que encarar -con todas las grantías de un debido proceso- las investigaciones, requerimientos, interrogantes y confrontaciones que estbalezcan los jueces peruanos en cada uno de los casos por los que se le extradita.
El careo con varios de sus secuaces -como el propio Montesinos, Nicolás Hermoza Ríos, José Villanueva Ruesta, César Saucedo o Fernando Dianderas, entre otros- promete inquietudes mayúsculas en las filas del "dream team" de la corrupción de los 90.
Es la segunda vez -Augusto B. Leguía fue el primero- que un ex mandatario peruano tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados por una larga de serie de delitos imputados durante su gestión.
El fujimorismo ha aceptado, en estas primeras horas, la contundente resolución pro extradición pero ha empezado a construir -por boca del siempre burlesco Carlos Raffo- el insólito discurso por el cual la extradición decretada formaba parte de la estrategia de Alberto Kenya.
Algo así como el Plan B. Porque el Plan A era, dice Raffo, que se confirmara la vergonzosa absolución que urdió Orlando Álavarez semanas atrás y que dibujó una sonrisa felina en el rostro de los seguidores del peruano-japonés.
Para Raffo y otros fujimoristas de primera fila, esta extradición es positiva para sus intereses y cálculos políticos pues ha servido de filtro: ahora Fujimori ya no será procesado por 20 o más delitos sino por sólo seis o siete. O sea, casi una victoria. ¡De Ripley!
Corresponderá ahora a la justicia peruana demostrar la máxima calidad -imparcialidad, debido proceso, garantías constitucionles y respeto a sus derechos humanos, es decir, todo lo que Fujimori pisoteó y devastó durante casi10 años desde el poder- con quien será de hecho la próxima estrella en los tribunales anticorrupción durante los meses siguientes.
Sin ninguna duda, este es el regreso al Perú con el que nunca soñó Fujimori. Porque regresar así es una pesadilla que recién empieza. Para él y sus seguidores. La hora más negra para Fujimori, sin duda.

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