7.9.07

AFF: hora negra o mano negra

La semana por venir estará marcada, sin lugar a dudas, por el fallo en última instancia de la Segunda Sala de la Corte Suprema de Chile sobre la procedencia o no de la extradición de Alberto Fujimori.
La decisión jurídica final debe estar tomada pues se esperaba conocerla en días pasados. Según la prensa chilena, La Moneda habría solicitado a los cinco magistrados supremos posponer la difusión de su decisión hasta este lunes para evitar que la noticia coincida con el reciente viaje de la presidenta Michelle Bachelet a Japón.
Aunque voceros del gobierno sureño –como era natural y esperable- han negado la movida, la versión periodística no deja de ser verosímil.
Otra variante de lo mismo es que los vocales, por iniciativa propia, hayan decidido desenganchar su sentencia de la visita presidencial chilena a Tokio para evitar mayores suspicacias y sospechas sobre la idea de una mano negra operando a favor de la impunidad para el socio mayor de Vladimiro Montesinos.
Si cierta una u otra, no es difícil imaginar por dónde puede discurrir la opinión final de este quinteto judicial.
La conjetura tiene, además, como precedente la desfachatada y lamentable resolución del juez Orlando Álvarez –un auténtico antimanual de jurisprudencia- que desechó todas y cada una de las razones alegadas fundadamente por el Estado peruano para procesar a Fujimori.
De hoy al lunes, sin embargo, todos los escenarios están en rigor todavía abiertos.
Uno primero es que la justicia chilena dictamine que Alberto Kenya debe ser extraditado por su presunta responsabilidad en violaciones de DD.HH. y otros delitos graves. Es decir, una resolución coincidente en varios extremos con el informe de la fiscal Mónica Maldonado. El mejor escenario en la lucha contra la impunidad.
El segundo puede resultar de un fallo que considere procedente la extradición pero tan sólo por imputaciones delictivas menores. Que es el pasaje de retorno de Fujimori al Perú pero casi blindado judicialmente. La peor de las situaciones, sin duda.
El tercero, obviamente, es que se rechace la extradición de cabo a rabo. O sea Álvarez II.
Un campo intermedio pues escapa de momento de la justicia pero los procesos en su contra siguen abiertos, especialmente los referidos a crímenes de lesa humanidad donde no rige la prescripción.
La idea de un juicio en Chile parece más que remota. Si el país del sur decide no expulsarlo, Fujimori tendrá sólo dos islas en el mundo para pasear su impunidad: Japón y Chile.
Después del lunes habrá que volverle a preguntar a Omar Chehade quién es –o quiénes son- la mano negra.
(Sobre el tema, vale la pena el reciente análisis del Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica que desbarata, una a una, las tropelías seudo jurídicas del juez Álvarez.)

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