8.6.07


Chino con nube gris

Todavía no le ha caído encima la noche pero en las últimas horas una auténtica nube gris nubla el camino de impunidad por el que ha querido escabullirse Alberto Fujimori desde que fugó a Japón en noviembre de 2000.
Al contundente informe pro extradición de la fiscal chilena Mónica Maldonado se suma ahora el arresto domiciliario dispuesto por el juez Urbano Marín, medida que reduce sensiblemente las posibilidades de fuga del peruano-japonés.
Queda el extraditable más anclado que antes y, también, cada vez más cerca de un retorno como preso de la justicia peruana con destino, acaso sin escalas, a una celda.
Es impensable que un escenario tan complicado para su futuro político, haya sido calculado por el autoritario matemático en noviembre de 2005 que es cuando partió, entre gallos y medianoche, de Tokio rumbo a Chile.
Le van a sobrar horas ahora para medir cuánto metió la pata entonces. Y también, tiempo de sobra tendrá para entretenerse con la teoría de las probabilidades y caer en la cuenta que su soñado regreso en olor de multitud a la arena política local es un número cada vez más imaginario.
La estudiada opinión de la fiscal Maldonado coloca una vara jurídica tan sólida como alta para la decisiva opinión que sobre su extradición deberá emitir en los próximos días el juez Orlando Álvarez.
Lo mismo vale para los jueces supremos chilenos que, en su momento, resolverán en última instancia su suerte.
Aunque el informe Maldonado no es vinculante, ¿cuánto pueden los magistrados alejarse realmente de tales apreciaciones y conclusiones? Quizás algo, pero no demasiado.
La idea de un Fujimori de vuelta al barrio en esas condiciones no debe quitarle el sueño a nadie, salvo a sus seguidores impenitentes.
Habrá alguna alharaca majadera, pero no se sostendrá en el tiempo. Sin partido, sin aparato estatal y con su caudillo en la sombra, el fujimorismo languidecerá como tantas otras aglomeraciones emocionales alrededor de tiranuelos republicanos.
Si el gobierno –como hasta ahora- se maneja bien frente al caso, puede sumar puntos en la lucha anticorrupción.
Porque será aleccionador para el país y para su historia, que un ex mandón sea juzgado, con todas las garantías y el debido proceso, por la larga serie de delitos graves que se le imputan.
Cuando Alberto Kenya comience a decir en el banquillo que él no fue sino que todo lo hizo a sus espaldas Montesinos, éste de seguro comenzará a contar y mostrar mucho de lo que ha callado y ocultado hasta ahora.
¿Seguirán practicando el Chino y sus escuderos el baile del avioncito?

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