23.4.07

¿Incubando un Niño político y social?

Cuando el gobierno no había terminado de enderezar la nave después de los casos Pandolfi y La Razón, de un lado, y las violentas movilizaciones y protestas en distintas zonas del interior, de otro, fuerzas opositoras disímiles lograron en el Congreso, inesperadamente, sacar adelante la primera interpelación contra el presidente del Consejo de Ministros.
Más que volver a inquirir a Del Castillo y escuchar las explicaciones que ya ofreció sobre el superlativo yerro de designar al ex premier, ex ministro y ex operador pro re elección de Fujimori en 2000, la oposición ha conseguido con esta movida interpelatoria una primera demostración de fuerza relativa.
No sólo consigue que el jefe del gabinete regrese al hemiciclo a responder todas y cada una de sus preguntas –aunque nada nuevo vaya haber en las respuestas- sino que, además, lo obliga a someterse al inevitable voto de confianza legislativo.
A estas alturas parece poco probable que pueda reunir 61 votos –o acaso menos- para censurarlo y provocar la caída de todo el equipo ministerial.
De los 50 votos pro interpelación, de seguro no todos se inclinarán, a fin de cuentas, por la censura.
Sin embargo, la ocasión le ha servido a opositores parlamentarios –desencontrados en casi todo hasta ahora- para ensayar una circunstancial conjunción de fuerzas que, acaso, pueda reeditarse en el corto plazo de cara a contrapesar y fiscalizar más eficazmente al Ejecutivo.
Y, por supuesto, para explotar políticamente, en provecho propio, errores, desatinos, memorias olvidadizas y entuertos inaceptables en la actual administración.
En este contexto, no le va a resultar tan fácil al gobierno obtener ahora la delegación de facultades para legislar sobre terrorismo, narcotráfico y crimen organizado.
Tampoco es que haya surgido un bloque opositor más o menos cohesionado.
La interpelación que también pesaba sobre la cabeza del razonado ministro Hernán Garrido Lecca se derritió de momento porque, según varias versiones, corrió mucha agua por las cañerías provincianas upepistas.
Al cabo de nueves meses, la atmósfera política ha cambiado sensiblemente para el régimen tanto en el escenario de la política representativa como en las calles, especialmente del interior. Por cierto, en los medios también.
La interpelación a Del Castillo el próximo 2 de mayo es un síntoma de este nuevo clima.
Sin cambios rápidos y eficaces, lo que puede estarse incubando es un auténtico Niño político y social.
Más que un Preven climático lo que requiere el gobierno es un Preven para mejorar la calidad de sus decisiones y de quienes sean convocados para ejecutarlas. Y sin sospechosos comunes.

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