20.8.08

Agosto angosto con piso movido

Se le está angostando más de lo esperado el piso político-social al gobierno en este primer mes del tercer año de gobierno.
Habitualmente pero no siempre, las Fiestas Patrias –con anuncios importantes vía mensaje presidencial y cambios ministeriales-, son la ocasión para refrescar y reforzar hacia delante la gestión gubernamental.
Y más cuando el desempeño económico, como en la actual temporada, sigue exhibiendo en promedio resultados altamente positivos, con una clara tendencia a mantenerse en los tiempos por venir.
Es decir, oxigenarse o atrapar aire nuevo para sostener el paso en el camino que queda por delante y atenuar el desgaste natural que debe soportar toda administración.
En ese sentido, agosto puede marcar el inicio de un ensanchamiento de las expectativas y adhesiones ciudadanas con relación a sus gobernantes.
No ha sido el caso esta vez si se advierte los resultados de las primeras encuestas del mes.
Todo indica que a escala nacional los niveles de desaprobación siguen trepando hasta alturas en donde, precisamente, cada vez es más difícil hallar aire respirable, políticamente hablando.
En la coyuntura, la situación se complica además por el hito telúrico del mes: el primer aniversario del terremoto en Pisco sin resultados medianamente apreciables respecto de la reconstrucción de las zonas devastadas, cuando menos en lo que a infraestructura pública se refiere.
Sin duda, va a haber un “efecto Pisco” negativo en los próximos sondeos de opinión que reflejarán los distanciamientos crecientes que se están abriendo entre población y autoridades.
Por cierto, no todo es exclusiva responsabilidad del gobierno central (¿qué y cuánto realmente han hecho gobiernos regionales o ediles?), pero el Ejecutivo debió mantener al máximo la iniciativa y el liderazgo en el empeño de recuperar el Sur Chico durante estos doce primeros meses post sismo.
En mayor o menor grado, una situación que ha sido reconocida por máximos representantes del gobierno en estos días previos al 15 de agosto.
Tampoco no es que no se haya hecho nada, pero ha sido definitivamente insuficiente.
Si la economía está boyante, con recursos espléndidos aquí y allá, entonces por qué Pisco sigue tan asolado y abandonado como hace un año, se pregunta la mayoría.
Súmese a todo esto, las persistentes presiones inflacionarias –alimentos y combustibles, básicamente- que golpean los bolsillos de los más pobres, y se entenderán bastante los motivos de la impaciencia de estos días.
Resulta más que urgente recomponer el gabinete. No sólo porque se le estrecha cada vez más el piso sino también porque se le está moviendo. O temblando.

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