25.8.07

TIERRA BALDÍA. CRÓNICA GRÁFICA I

(Textos y fotos: Iván García Mayer)

Playa Jahuay, poco antes de llegar a Chincha. La Panamericana Sur quedó, en distintos tramos, gravemente dañada. Grietas como éstas serpentean a lo largo de toda la ruta. Colas interminables para llegar a Pisco e Ica. El tránsito es ahora fluido gracias a trabajos de emergencia, pero repararla en serio va a costar y tardar.




San Andrés, caleta de pescadores. Cuatro días después del sismo, los estragos del maretazo casi convirtieron al poblado en un cementerio marino. Puerta de una casa con algas marinas que dan una idea hasta dónde llegó el nivel de las aguas.


San Andrés: tibia luz para secarse de la inundación y del miedo. Muchas viviendas quedaron inhabitables. Humildes salas se improvisaron en las calles. ¿Cómo pescar ahora esperanza?


Botes varados tierra adentro en San Andrés. Las calles de la caleta se convirtieron en un inverosímil y siniestro embarcadero de naufragios.


Pisco, domingo 19 de agosto. Huellas implacables de la destrucción. Bajo los escombros aún hay cadáveres. Polvo de muerte por todas partes. Aire irrespirable. La desolación corre en todas direcciones.

Pisqueños en el desamparo. La vida en la calle. Poco se pudo salvar de aplastantes toneladas. Y lo poco quedó en pie no sólo es inhabitable sino también segura trampa para llevarse más vidas. Sólo queda dormir bajo un cielo sin estrellas.

El búlevar de Pisco que desembocaba en la Plaza de Armas. No quedó casi nada. Un paraje que parece nacido de un bombardeo. Un extraño y terrible silencio aún se escuchaba.

Enmudecedor. Los restos retorcidos de un vehículo que se encontraba en otra calle aledaña a la Plaza de Armas de Pisco. Testigo mudo de la fuerza telúrica que asoló el Sur Chico.



La casa de El Libertador. O lo que quedó de ella. En esta vieja casona instaló su primer cuartel el general José de San Martín antes de proclamar la independencia. La leyenda cuenta que aquí imaginó o soñó la primera bandera peruana. Pese a todo hay esperanza para soñar en un tiempo distinto y mejor. Que así sea.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola, yo también soy de Pisco y estuve en allí cuando pasó este siniestro...efectivamente, fué un recuerdo muy penoso y desesperante, pues aun se me caen las lagrimas cuando escucho algun testimonio en la tele, al pasar las 6:40 de la noche (no recuerdo exactamente la hora), acababa de llegar de la calle, ´cogí a mi hija de 10 meses de nacida me senté en una silla y mientras observaba a mi sobrino de 6 meses echado en su camita escuche un zumbido que se hacia mas fuerte, entonces empezó todo: ¡temblor! grité, inmediatamente llegó mi mamá y mi hermanita de 8 años asustadas y yo sin poder hacer nada pues no pòdia cargar a los bebés a la vez, salgo del cuarto en donde nos encontramos que queda al fondo del segundo piso de la casa, saliamos pero no podiamos caminar derechos, sentí miedo, abrazando a mi hija, no quería saber nada mas solo que mi hija estaba a salvo en mis brazos. de pronto escuché los gritos de mi hermana gritando por su hijo, ella estaba afuera de la casa y corrió a buscar a su hijo, mi sobrinito, no podía subir las escaleras contó después, se arrastró y con las manos y pies (osea como si fuera un cuadrúpedo)logró subir, no sé si hizo bien, no sé que hubiera hecho yo pero gracias a DIos no le pasó nada, porque querer bajar y salir a la calle, fue imposible, la puerta de la escalera que tiene salida directa a la calle estaba atorada con los escombros de las paredes de mi vecino que se habian derrumbado, es decir toda la escalera estaba cubierta de pedazos de ladrillos y piedras, al querer bajar por ella sentí que mi pie resbalaba y como no se podía ver nada por la nube de polvo, la falta de luz electrica y el caer de la noche casi inmediatamente, no me dí cuenta, me puse a salvo debajo de las columnas, recordé los simulacros que de niña tuve en mi colegio primario, el piso temblaba tan fuerte que pense que se desplomaria la casa, entonces me quebré, no pude aguantar mas y lloré entonces escuché la voz de un angel que me dijo: verónica, (así me llamo) cállate; si les digo que fue un angel que me habló es por que lo es, la voz era de mi madre... una mujer de 46 años, que irónicamente, sufre de alteraciones y crisis nerviosas, cuando se le cuento ella dice que no se acuerda, ya ven porque les digo lo del angel, en fin nos atrapaba una escalera con escombros, una puerta atorada y una pared con 45º a punto de caer, no quedó de otra que esperar... apreté a mi hija y protegiendo su cabecita con la mía, me preparaba para caer junto con el techo de la primera planta entonces todo pasó justo despues de un gran zacudón. mi hermana, Vanessa, corrió a pedir auxilio por las ventanas gritó y gritó, pero nadie escuchaba, no se si era por el gran zumbido que quedó en nuestras mentes por muchos minutos o por los gritos de la gente afuera que buscaban a sus parientes. Para salir tuvimos que trepar los escombros y escarbar con las manos para desatorar la puerta tiramos y tiramos y por fin la puerta cedió, salimos por una esquinita que logramos abrir y por fin salir del terror de estar atrapado... pero fue grande nuestra sorpresa al salir todo era un desastre no lo podia creer paredes caidas, polvo en nuestras ropas, en nuestras cabezas, en nuestra respiración, gente con golpes, rasguños y sangre... no me di cuenta, pero mis hermanas y yo tambien estabamos lastimadas con raspones, cosas sin importancia a comparacion de otros casos, pero bien, gracias a DIos.