18.11.06

Después de mañana

La novedad cantada: independientes como cancha ganando en regiones y municipios. En realidad, nada nuevo si se repasa los resultados de la elección para gobiernos locales de 2002 y, acaso, cualquiera anterior realizada en los últimos años.
Sin embargo, el dato relevante entonces fue la consolidación del PAP como primera fuerza política: ganó 12 regiones (de un total de 25), 32 alcaldías provinciales (194) y 204 municipios distritales (1625).
Pese al alud independiente, otros partidos o alianzas con trayectorias y permanencias en el activismo político a nivel nacional, también obtuvieron en el 2002 votaciones para imaginar un crecimiento y consolidación en cuanto a representación a futuro.
Por ejemplo, UN ganó 13 alcaldías provinciales y 141 distritos; Somos Perú 18 y 144; Perú Posible 11 y 194; AP 11 y 106; y UPP-Frente Amplio 6 y 35.
La pregunta es si estas agrupaciones, al cabo de cuatro años de administración regional-municipal, han logrado resultados positivos de gestión para alcanzar nuevas plazas o, cuando menos, para mantener las ya ganadas.
Por lo que han dejado ver las encuestas –poco con relación al interior del país- es bastante probable que esta agrupaciones pierdan terreno en el espacio de la representación y gestión locales.
Es decir, después de mañana lo que podemos tener es un mapa político con un mayor grado de fragmentación y dispersión que puede tornar mucho más difícil la tarea de satisfacer demandas sociales desde el gobierno central. Siempre será más complicado dialogar y negociar con 100 o más a la vez que hacerlo con seis u ocho agrupaciones con liderazgo y organización nacionales.
De la mano con este escenario, está la idea de que no saldrá de estos comicios ninguna primera gran fuerza política como ocurrió cuatro años atrás.
Para el oficialismo esta será una buena y mala noticia al mismo tiempo.
Mala porque el PAP no sólo va a perder importantes gobiernos regionales sino posiblemente también hasta bastiones municipales históricos en el norte con lo que su imagen de fortaleza se va a ver menguada.
Pero buena porque no va a tener al frente una fuerza opositora de peso con capacidad para palanquear desde regiones o concejos, movilizaciones y protestas dentro de una estrategia política de largo plazo.
Para las fuerzas con aspiraciones serias de oposición al gobierno, los resultados de mañana van a marcarles un temprana llamada de alerta sobre sus actuales y enormes yerros que las siguen colocando cada vez más en los márgenes de la representación política, especialmente en el interior del país. Desde UN hasta el PNP.

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