Tonto y matón se deschavan
¿Ha empezado una Guerra Fría en el barrio de las Américas?
Es probable después de la inédita expulsión simultánea de embajadores de Washington DC. Caracas y La Paz.
Sin duda, la tensa relación entre el bloque bolivariano que jefatura el rocambolesco Hugo Chávez y EE.UU, ha escalado súbitamente hasta alturas de las que es incierto aún saber qué va a desprenderse en los días siguientes.
El presidente boliviano Evo Morales ha expulsado al embajador norteamericano Philip Goldberg en medio de una grave revuelta separatista opositora que lo ha colocado contra las cuerdas.
El gobierno de La Paz, atrapado en el torbellino violento de esta crisis, ha acusado al diplomático de estar detrás de una conspiración para derrocarlo.
Por su parte, el matón del Orinoco ha procedido de manera similar con Patrick Duddy, representante de la administración Bush en la capital venezolana, aullando además –insultos a granel de por medio- de que la medida es una expresión de solidaridad con el régimen paceño.
Durante el trance gorila, ha llegado a amenazar con intervenir militarmente en el altiplano si la permanencia en el poder de su par boliviano llegase a peligrar.
Y toda la bravuconada ha estado precedida, apenas horas antes, de una extraña denuncia –revelada por el mismo mandamás llanero- sobre un plan militar golpista para asesinarlo y poner fin a su mandato.
Mientras tanto, nuevas revelaciones en EE.UU. sobre el llamado “caso del maletín –U$ 800,000 incautados a funcionarios venezolanos que estaban destinados a la campaña electoral de la actual presidenta argentina- pueden comprometer directamente a Chávez con la oscura maniobra, pero de momento han quedado relegadas informativamente debido a la múltiple crisis diplomática desatada.
Por su parte, el gobierno norteamericano ha respondido con la misma moneda: expulsó al mismo tiempo a los embajadores de Caracas y La Paz.
Pero ha seguido ajustando tuercas: ha denunciado al director general de la inteligencia militar, al jefe de la policía secreta (Disip) y aun ex ministro del Interior venezolanos de ser cómplices de las Farc en operaciones de narcotráfico.
La boina autoritaria ha replicado con la amenaza de cortar el suministro de petróleo al gigante del norte.
Diversos analistas económicos ya han señalado que el más perjudicado, de concretarse tal temeridad, sería Venezuela.
La desesperación e impericia política de un boliviano y la tan insufrible como esperpéntica prepotencia de un venezolano, están remeciendo el escenario regional con consecuencias geopolíticas todavía imprevisibles de seguir ambos en este curso de colisión.
Un tonto y un matón se han deschavado.
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